La soberanía alimentaria: fundamento de la dignidad nacional
“La soberanía alimentaria es el fundamento de toda dignidad”. Esta frase resume perfectamente la revolución agrícola que está viviendo Burkina Faso desde 2022, un país que ha encontrado en la agricultura una respuesta no solo a sus problemas alimentarios, sino también a su crisis de seguridad.
Contexto histórico y político
Burkina Faso ha vivido momentos de gran inestabilidad política en la última década. En 2014, tras derrocar un poder que llevaba casi 30 años, nació un nuevo espíritu de esperanza. Sin embargo, entre 2016 y 2022, el país experimentó una democracia “clopin-clopant” (tambaleante) que no lograba satisfacer las necesidades de la población.
A esta situación se sumó una grave crisis de seguridad: el terrorismo, proveniente de Mali y Níger, llegó a controlar el 60% del territorio burkinés. En enero de 2022 se produjo un golpe de Estado que no mejoró la situación, seguido por otro levantamiento militar en septiembre del mismo año.
En este contexto surge el capitán Ibrahim Traoré, quien asume la presidencia del Movimiento Patriótico para la Salvaguardia y la Restauración (MPSR) el 30 de septiembre de 2022. Su llegada genera una adhesión popular masiva que lo compromete a implementar políticas enfocadas en las necesidades reales de la población.
La Iniciativa Presidencial para la Autosuficiencia Alimentaria
Reconociendo que el 99% de la población burkinesa es agrícola y rural, el gobierno de Traoré lanzó la “Iniciativa Presidencial para la Autosuficiencia Alimentaria y la Soberanía”, una respuesta directa a la crisis humanitaria y alimentaria que enfrentaba el país.
Esta ofensiva agrícola incluyó:
- Labranza gratuita de 64,000 hectáreas en todas las regiones del país
- Adquisición de aproximadamente 500 tractores para trabajar la tierra sin costo para los agricultores
- Distribución de semillas mejoradas y fertilizantes subvencionados
Resultados tangibles en el terreno
En zonas como Bagré, una comuna agrícola y pastoral que ha recibido a numerosas personas desplazadas por el terrorismo, los resultados han sido notables. Según testimonios locales, los miembros de las cooperativas agrícolas han duplicado sus hectáreas cultivadas:
Antes cultivaba dos hectáreas, ahora cultivo cuatro. Este año ha sido realmente un año de revolución. La revolución no solo afecta a otros ámbitos, sino también a nuestra agricultura, y estamos orgullosos de ello.
La comunidad agrícola ha respondido con entusiasmo, viendo en estas políticas un reconocimiento sin precedentes a su labor y potencial.
Desafíos pendientes
A pesar del éxito inicial, la iniciativa enfrenta importantes desafíos:
1. Insuficiencia de equipos
Los agricultores reconocen la valiosa contribución de los tractores estatales, pero señalan que su número es insuficiente:
“Preferimos pagar a un proveedor privado que esperar dos o tres semanas por un tractor del Estado. Valoramos la iniciativa, pero hay que mejorarla aumentando la cantidad de tractores disponibles.”
2. Gestión del agua
Expertos locales subrayan que la verdadera revolución agrícola en un país saheliano como Burkina Faso debe comenzar por el dominio del agua:
“En todos los países que han logrado una revolución agrícola, primero ha habido una revolución hídrica. No podemos depender de la naturaleza o la lluvia para vivir en un país saheliano.”
El país cuenta con abundantes recursos hídricos subterráneos que superan a las aguas superficiales. Los especialistas proponen implementar grandes perforaciones para explotar estas reservas, un desafío que podría resolverse en un horizonte de 5 a 10 años.
3. Sostenibilidad política
Para garantizar la continuidad de estas iniciativas más allá del actual régimen, los expertos sugieren que los agricultores deben constituirse en una fuerza política (no en el sentido partidista) capaz de influir en las políticas públicas:
“Si no logramos esto, la ofensiva agrícola podría ser construida por un régimen, pero el siguiente podría abandonarla.”
El renacimiento de un sueño nacional
La revolución agrícola en Burkina Faso representa un giro histórico para el país. Como señala uno de los testimonios:
“Es algo espectacular en el sentido de que no lo esperábamos, pero es algo que debemos trabajar para mantener a largo plazo. Es histórico, es un acto que nos revaloriza y dice que el burkinés puede, a partir de ahora, tener grandes sueños.”
Esta iniciativa demuestra cómo la soberanía alimentaria puede convertirse en un pilar fundamental para la reconstrucción de un país, abordando simultáneamente las crisis de seguridad, alimentación y empleo.
Al priorizar la producción agrícola local y crear condiciones favorables para los agricultores, Burkina Faso está sentando las bases para un desarrollo sostenible y autosuficiente que podría transformar al país en los próximos años.
Este artículo se basa en testimonios y declaraciones recogidas en Burkina Faso durante 2022-2023, documentando una iniciativa gubernamental en curso cuyo impacto a largo plazo aún está por determinar.